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Reflexiones desde una perspectiva cristocéntrica... y un toque de feminidad caribeña. Procuraremos publicar una reflexión nueva cada semana... Te esperamos...
Para mí...
" Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (Filipenses 1.21)
jueves, 27 de diciembre de 2012
En Navidad reflexionemos acerca del futuro de Aquel niño hermoso...
sábado, 15 de diciembre de 2012
Magos de Oriente
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| http://arquehistoria.com/wp-content/uploads/2009/01/reyes-magos_oriente.jpg |
(Villancico Puertorriqueño)
De tierra lejana venimos a verte,
Nos sirve de guía la estrella de Oriente.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Al recién nacido que es Rey de los reyes,No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Oro le regalo para honrar sus sienes.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Como es Dios el Niño le regalo incienso,
Perfume con alma que sube hasta el cielo.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Al Niño del cielo que bajó a la tierra,
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor."
Para mi, como para muchos otros caribeños, la Navidad es una época muy especial
aún desde antes de conocer su significado pleno... Es un tiempo de compartir en familia...a saber... comidas, parrandas o matutinos, regalos, luces, amigos...
En lo personal, de niña, también era un tiempo de añoranza porque en medio de esa alegría había una profunda tristeza... estaba en búsqueda de algo que no sabía que era pero que lo anhelaba en gran manera... Desde mi niñez me han gustado las historias orientales como las aventuras de Sinbad, el Marino, el cuento de la Mil y una noche con Scherezada, el oriente siempre me ha resultado atrayente, fascinante, encantador... Creo que es por eso que la noche - víspera del día de Reyes - que celebramos en Puerto Rico, me gustaba tanto. Me encantaba mirar al cielo, y escuchar sobre las tres estrellas luminosas bien alineadas en el firmamento (parte de la constelación de la osa menor), porque según nuestra tradición esos eran los tres reyes magos haciendo su recorrido en la entrega de regalos. Recuerdo que mi padre me hacia preparar 3 cajitas de hierba para los camellos, 3 vasitos con anís o 3 cigarrillos o 3 mentitas para los magos, como una expresión de gratitud y a la vez para animarlos para el camino ... ¡Qué tiempo aquellos! Años más tarde he aprendido que aunque la tradicional celebración me resultaba fascinante no necesariamente le hacia justicia al evento histórico.
En lo personal, de niña, también era un tiempo de añoranza porque en medio de esa alegría había una profunda tristeza... estaba en búsqueda de algo que no sabía que era pero que lo anhelaba en gran manera... Desde mi niñez me han gustado las historias orientales como las aventuras de Sinbad, el Marino, el cuento de la Mil y una noche con Scherezada, el oriente siempre me ha resultado atrayente, fascinante, encantador... Creo que es por eso que la noche - víspera del día de Reyes - que celebramos en Puerto Rico, me gustaba tanto. Me encantaba mirar al cielo, y escuchar sobre las tres estrellas luminosas bien alineadas en el firmamento (parte de la constelación de la osa menor), porque según nuestra tradición esos eran los tres reyes magos haciendo su recorrido en la entrega de regalos. Recuerdo que mi padre me hacia preparar 3 cajitas de hierba para los camellos, 3 vasitos con anís o 3 cigarrillos o 3 mentitas para los magos, como una expresión de gratitud y a la vez para animarlos para el camino ... ¡Qué tiempo aquellos! Años más tarde he aprendido que aunque la tradicional celebración me resultaba fascinante no necesariamente le hacia justicia al evento histórico.
¿Quienes eran los magos? Nuestros
vocablos "mago" y "magia" derivan del termino griego, y
éste, a su vez, es una palabra que originalmente se aplicaba a los miembros de
una cierta clase de sacerdotes medos (y más tarde también de persas): la casta
o profesión de los Magi, o Magios, sabios que luego ejercieron funciones
sacerdotales entre los pueblos iranios.
Con el tiempo, la palabra adquirió el sentido de alguien versado en las
"ciencias" de la astrología, entre otras. Así que los magos eran más bien sabios...
¿Cuántos sabios llegaron a ver al Mesías? En realidad no podemos afirmar cuántos eran... La razón que ha dado pie a la tradición de hablar de tres reyes magos se debe precisamente a que, de acuerdo a la narrativa bíblica, se presentaron 3 regalos: oro, incienso y mirra. Hoy día, entendemos que estos tres regalos representaban los tres ministerios de Cristo: 1. Oro – regalo digno de un rey; 2. Incienso – ofrenda que hacía el sacerdote ( ministerio de intercesión); 3. Mirra – elemento que se usó para preparar el cuerpo para la tumba del Salvador del mundo quien ofrendó su vida por nosotros.
¿De que lugar de Oriente venían? Algunos piensan que de un lugar cerca de Babilonia llamada Partia), donde no eran reyes, ni eran magos (como se entiende hoy día el concepto), contrario a lo que nos enseña nuestra tradición religiosa.
¿Cuál puede ser la importancia de los Magos o los sabios de Oriente? La inclusión de los magos de oriente en la narrativa del nacimiento de Jesús habla de la inclusión de los gentiles en la historia de redención. Una vez más, la Palabra nos muestra la intención de Dios conforme cita Apocalipsis 7:9-10:
¿Cuántos sabios llegaron a ver al Mesías? En realidad no podemos afirmar cuántos eran... La razón que ha dado pie a la tradición de hablar de tres reyes magos se debe precisamente a que, de acuerdo a la narrativa bíblica, se presentaron 3 regalos: oro, incienso y mirra. Hoy día, entendemos que estos tres regalos representaban los tres ministerios de Cristo: 1. Oro – regalo digno de un rey; 2. Incienso – ofrenda que hacía el sacerdote ( ministerio de intercesión); 3. Mirra – elemento que se usó para preparar el cuerpo para la tumba del Salvador del mundo quien ofrendó su vida por nosotros.
¿De que lugar de Oriente venían? Algunos piensan que de un lugar cerca de Babilonia llamada Partia), donde no eran reyes, ni eran magos (como se entiende hoy día el concepto), contrario a lo que nos enseña nuestra tradición religiosa.
¿Cuál puede ser la importancia de los Magos o los sabios de Oriente? La inclusión de los magos de oriente en la narrativa del nacimiento de Jesús habla de la inclusión de los gentiles en la historia de redención. Una vez más, la Palabra nos muestra la intención de Dios conforme cita Apocalipsis 7:9-10:
9 Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía
contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia
del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. 10 Clamaban a gran voz, diciendo: «¡La salvación pertenece a
nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!»
De acuerdo a Raymond Brown, “Los magos eran Gentiles guiados por una estrella (una revelación en la naturaleza para aquellos que no tiene las Escrituras)
Nos gustaría subrayar tres cosas que podemos aprender y aplicar en nuestras vidas sobre la respuesta de estos sabios a la revelación divina: iniciar una búsqueda genuina y diligente de aquello que se nos ha revelado; 2. una vez corroborada la revelación y encontrado la verdad, entregar de manera total y absoluta todo lo que somos; 3. permitir que Dios cumpla Su plan y propósito de transformados a la estatura espiritual y de vida terrenal de Cristo.
¿Que le
pasó a los Magos después que partieron de Belén? No sabemos, pero si sabemos que no regresaron donde Herodes,
que siguieron otro camino. Estos
personajes enigmáticos, sin embargo, nos han dejado una enseñanza grandiosa y un
ejemplo precioso acerca de lo que es una búsqueda genuina, una entrega absoluta
y una vida transformada.
Les invito a ver la película "El Cuarto Rey Mago", es una preciosa película que enriquecerá su reflexión de lo antes dicho. Adjunto el enlace http://www.youtube.com/watch?v=9ll5g3SE2eg.
¡Felicidades!
- Rina Mercedes
miércoles, 5 de diciembre de 2012
La esperanza que nos trae Adviento
Es
oficial... ya
comenzó la navidad en Puerto Rico... Ya nos estamos preparando para
celebrar la navidad
pintando y adornando nuestras casas... comprando regalos y detalles
para regalar... coordinando
los festejos y comidas…
todos
nos
preparamos para celebrar
esta época especial.
Sin embargo, nos olvidamos de lo que trata verdaderamente
este
tiempo... su
significado
ha quedado
sepultado
debajo de las
abundantes luces,
los
arboles
decorados,
los
adornos
coloridos,
los
opíparos banquetes,
las
continuas
fiestas y
jolgorios,
los
regalos
que
se dan y se reciben…
toda
esta distracción, facilita que olvidemos
el
profundo
y
valioso significado
de la Navidad… Sí,
sin duda es un tiempo de celebración... pero se trata de rememorar
el nacimiento del Redentor del mundo y de recordar que debemos
mantenernos a la expectativa... Y
es que la
navidad debe significar para el creyente el cumplimiento de la más
grande promesa divina, es decir, que
Dios
mismo se hizo
hombre para salvarnos de nuestros pecados muriendo por ellos en la
cruz del Calvario. Pero
también nos debe mover
a la anticipación de
que ese niño que nació en el pesebre de Belén... murió
en
la cruz del calvario... resucitó
del sepulcro... volverá.
Ya
no como un niño indefenso o como el redentor para
pagar
por nuestros pecados... sino como Rey de Gloria... con toda
majestad... que
viene a juzgar a las naciones y a reinar por la Eternidad...Hubo un primer adviento , el cual vemos en el Antiguo Testamento, este fue el tiempo de preparación para la llegada de Jesús Mesías, por quien hoy día celebramos la navidad. Cuando llegó el momento de Su nacimiento, habían algunos dentro del pueblo de Israel que mantenían la expectativa del cumplimiento de la promesa divina de la llegada del Mesías prometido, anunciado a través de la historia judía. Cercano a la llegada del Mesías, particularmente en el evangelio de Lucas se evidencia y quedan registrado algunos personajes estaban expectantes y aguardaban la llegada del Mesías. Por ejemplo, en Lucas 2.25 – 32, dice:
“Y
he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este
hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el
Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo
del Señor. Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando los padres
metieron al niño Jesús en el templo, para hacer por Él conforme a
la costumbre de la ley, él entonces le tomó en sus brazos, y
bendijo a Dios, diciendo: Señor, ahora despides a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra; porque
han visto mis ojos tu salvación, la
cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para
revelación a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.”
En
la narrativa lucana también se incluye
a una anciana que aguardaba la llegada del Mesías redentor
(2.36
– 38):
“Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual era grande de edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad; y era viuda como de ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo a Dios de noche y de día con ayunos y oraciones. Y ésta, viniendo en la misma hora, también daba gracias al Señor, y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.”Sin embargo, en medio de la expectativa del algunos... al pasar el tiempo, como ocurre a veces, llega también la duda. Lucas también recoge este sentir en el personaje de Juan, el bautista (7.19-23):
“Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? Y cuando los hombres vinieron a Él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus; y a muchos ciegos dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, decid a Juan lo que habéis visto y oído; cómo los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es predicado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no fuere escandalizado en mí.”Aunque algunos aun no creen en lo sucedido hace más de dos mil años, los que creemos nos encontramos en el segundo adviento... pues anticipamos la segunda venida de nuestro Rey Jesús. Cada año tenemos la oportunidad, tanto en Navidad como en Semana Santa, de celebrar para recordar y anticipar Su retorno. Adviento, que en latín "Adventus" significa “venida”, son días oportunos para afianzar la fe... Lucas, en Hechos 1.10-11, expresa el anuncio dado a los discípulos del Señor luego de Su resurrección y haber compartido con ellos por cincuenta días:
“Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí que se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”Así que, nosotros estamos también a la expectativa de la segunda venida del Señor... estamos en adviento. Y adviento es un tiempo de esperanza... Cuando entendemos el verdadero significado de la navidad implica conocer y comprender el sacrificio de Jesucristo para librar la salvación de los hombres. La fe cristiana proclama este tiempo previo a la celebración navideña como uno de profunda reflexión que alimenta la esperanza de continuar la obra de Jesús y preparar el camino para recibirlo. En Hechos 1. 6-9, queda claramente cual es nuestra función en este segundo tiempo de espera:
"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en Su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ultimo de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.”
En este pasaje que establecido que tenemos dos encomiendas ineludibles: 1. SER PORTADORES DE ESPERANZA: es decir, recibir el poder provisto por medio del Espíritu Santo para que vivamos vivir como Dios quiere. 2. SER MENSAJEROS DE ESPERANZA: supone ser testigos a los que están a nuestro alrededor, desde los más cercanos hasta los más lejanos. Este segundo adviento, nos impone una tarea que va más allá de aguardar el retorno de nuestro Rey... sino que supone adelantar Su venida a través de una vida que proclame que Su reino a venido sobre nosotros y sirviendo de testigos de Su poder transformador para nosotros... para los nuestros... para todos.
Este tiempo previo a la navidad nos ofrece ese aire y ese ánimo de un nuevo comienzo sabiendo que Dios, no sólo está con nosotros sino que cumplirá cabalmente cada una de Sus promesas. Es necesario que usemos este tiempo para preparar nuestros corazones manteniéndonos a la expectativa del retorno del Señor y alineándonos con la intención divina de ser portadores y mensajeros de esperanza. Nosotros, como cristianos, debemos centrar nuestra vida en la persona y en el mensaje de Jesús, que vino en el cumplimiento de los tiempos a ofrecernos la salvación del Padre. Estamos en un mundo que muchas veces vive de espaldas al conocimiento de la realidad de Jesús, quien vino para salvarnos y quien volverá.
¿Qué nos resta? Primero, prepararnos para Su retorno (reconociendo y aceptando Su señorío sobre nuestras vidas), mantener la expectativa de que ciertamente vendrá (viviendo una vida en el poder de Su Espíritu) – ya nos dio prueba más que fe haciente de que tiene el poder y el carácter de cumplir cada una de Sus promesas. Cada Navidad, cada Nuevo Año es una nueva oportunidad ante la gracia de Dios. A nosotros se nos concede la gracia de comenzar de nuevo, de vivir fielmente el presente y de mirar al futuro con ESPERANZA, de que podemos hacer algo más por construir el reino que Jesús nos ha traído con Su venida. Nosotros, como Jesús, también podemos llevar una palabra y ser modelos de esperanza para este mundo. La salvación cristiana tiene su actualización plena aquí mientras anunciamos y adelantamos SU REINO hasta que Él vuelva. Y decimos, junto a Pablo, a Juan y a la Iglesia de todos los tiempos: ¡Maran-athá! - ¡Ven, Señor, Jesús!
miércoles, 28 de noviembre de 2012
El Dios Velado: Cuando Dios se esconde detrás de las nubes de las tormentas de nuestra vida
En
el Caribe, cada año entre los meses de junio a octubre se presenta
la temporada de huracanes. Los huracanes son fenómenos naturales que
pueden ser muy poderosos, peligrosos y dañinos pero a la misma vez
sirven para traer el agua de lluvia que mitiga los tiempos de sequía
del verano, purifican la atmósfera, y distribuyen el calor atrapado
sobre los océanos . Dentro del argot meteorológico se ha denominado
como cono de incertidumbre esa área geográfica donde posiblemente
el huracán puede pasar. Así que cuando las nubes oscuras cubren el
cielo azul sabemos que la tormenta se acerca y que pronto veremos su
despliegue de poder traducido en agua, viento, luz y sonido…
La noche antes que llegara la tormenta Irene (que en griego significa paz) saqué a pasear a mi perro Maki, un precioso labrador negro. Mientras lo paseaba por mi vecindario pensé que la noche estaba rara… estaba con esa calma que antecede la tormenta. Regresé a casa guardé algunas cosas que habían en el patio y me acosté sabiendo que pronto Irene llegaría a quitarnos la paz. Dormida ya, y luego de la medianoche me levantó el fuerte viento y el ruido de la lluvia en mi ventana… llegó Irene… pude ver el despliegue de luz a través de mi ventana y escuchar el temblor y el poder de sus sonidos. Como era de noche y estaba dormida no pude ver cuando se acercaron las nubes oscuras que presagian las tormentas pero sí pude notar como las nubes ocultaban las estrellas y resplandor de la luna nocturnal. Yo sabía que la luna estaba llena y que las estrellas brindaban su fulgor pero no lo podía ver porque estaban veladas… ocultas tras el denso y amplio paño de nubes de tempestad…
La noche antes que llegara la tormenta Irene (que en griego significa paz) saqué a pasear a mi perro Maki, un precioso labrador negro. Mientras lo paseaba por mi vecindario pensé que la noche estaba rara… estaba con esa calma que antecede la tormenta. Regresé a casa guardé algunas cosas que habían en el patio y me acosté sabiendo que pronto Irene llegaría a quitarnos la paz. Dormida ya, y luego de la medianoche me levantó el fuerte viento y el ruido de la lluvia en mi ventana… llegó Irene… pude ver el despliegue de luz a través de mi ventana y escuchar el temblor y el poder de sus sonidos. Como era de noche y estaba dormida no pude ver cuando se acercaron las nubes oscuras que presagian las tormentas pero sí pude notar como las nubes ocultaban las estrellas y resplandor de la luna nocturnal. Yo sabía que la luna estaba llena y que las estrellas brindaban su fulgor pero no lo podía ver porque estaban veladas… ocultas tras el denso y amplio paño de nubes de tempestad…
Así mismo, nuestra vida, en muchas ocasiones, se ve amenazada por tormentas y situaciones que amenazan con destruirnos… Dios queda oculto e invisible detrás del velo de nubes que presagian el dolor, la dificultad y el sufrimiento. De repente, somos nosotros los que nos encontramos en ese cono de incertidumbre dónde nos hacemos preguntas tales como: ¿Qué está pasando? ¿Por qué está pasando esto? ¿Qué se supone que hagamos en este momento? Las respuestas pueden ser sencillas pero en ocasiones demasiado profundas para ser asumidas con inmediatez,… porque no entendemos a plenitud que es lo que está ocurriendo. Respuestas como: "estás en medio de una tormenta… porque Dios lo ha permitido… y lo más recomendable es que en medio de la tormenta te estés quieto porque así evitas daños, peligros mayores"... Lo interesante de las tormentas de la vida es que por medio de ellas tenemos la oportunidad de conocer más profundamente al Dios que está velado.
Las tormentas son espectaculares y estas pueden aturdirnos por los múltiples elementos que actúan simultáneamente y nuestra atención se nos escapa en distintas direcciones… el rugir del viento, la insistente lluvia, los relámpagos, los rayos, los truenos y las densas nubes ocultando el cielo… repentinamente el diáfano cielo, el cual es el trono de nuestro Dios, está oculto a nuestros ojos… el cielo se cierra ante nosotros y el silencio divino invade nuestra alma durante la tormenta. ¿Por qué ese pesado silencio?... ¿Es qué no podemos escuchar porque estamos asombrados por la tormenta misma?... ¿O no podemos escuchar porque Dios decide guardar silencio en medio de las tormentas de nuestra vida?
Sea como sea ese silencio divino nos resulta angustioso y no poder ver a Dios nos causa una incertidumbre que no deseamos experimentar. Dios queda oculto a nuestros ojos. Dios está velado por las circunstancias que nos rodean. Las nubes del dolor, del sufrimiento, de la angustia obstruyen nuestra visibilidad del Santo... pero he aquí que, a la misma vez, tanto las nubes como la tormenta misma sirven de evidencia de Su presencia…
“Jehová
marcha en la tempestad y el torbellino,
y las nubes son el polvo de
sus pies.”
(Nahúm 1.4b)
martes, 27 de noviembre de 2012
El imperativo del sufrimiento
A continuación comparto con ustedes un trabajo que realicé sobre el tema del Imperativo del sufrimiento en la vida cristiana... Espero que les sea útil y de bendición en su propia reflexión cristiana. Bendiciones y un abrazo, Rina
El imperativo del sufrimiento
Introducción


Notas:
El imperativo del sufrimiento
Introducción
“En el mundo
tendréis aflicción
pero confiad yo he vencido al mundo.”1
Esta
afirmación de Jesucristo nos previene acerca del sufrimiento como
una realidad universal. Es decir que todos sufrimos no importa la
cultura, la época, el estatus social, o la religión y, también
deja entrever, que en algún momento todos somos tocados por algún
evento o situación que nos despierta a la realidad del sufrimiento.
Además, en esta porción escritural, Jesús nos advierte que, ya sea
que lo queramos o no, lo entendamos o no, tendremos que enfrentar el
sufrimiento en este mundo.
En
esta breve monografía consideraremos tres cuestiones fundamentales
para este tema: el imperativo del sufrimiento, su importancia en
desarrollo de la espiritualidad cristiana y el vínculo entre estos
dos. Nuestro fin es revisar si el sufrimiento es una cuestión
obligatoria para el genuino seguidor de Cristo o si hay una vía
alterna al sufrimiento.
Para responder a estas
preguntas haremos uso del texto neo testamentario y de autores
cristianos que han tratado el tema del sufrimiento con la intención
de identificar principios y lineamientos que nos ayuden a entender el
vínculo entre el sufrimiento y la espiritualidad.
El sufrimiento: una experiencia pascual ineludible
“La
historia de Cristo ocupa el centro de la fe cristiana. Y en el
centro de la historia de Cristo está su pasión y muerte en la cruz.
Hay que tomar aquí en serio la palabra «pasión»
en su doble sentido para comprender el misterio de Jesús: La
historia de Cristo es la historia de una gran pasión, de una entrega
apasionada a Dios y a su reino, y llegó a ser a la vez y por eso la
historia de un inaudito sufrimiento, de una agonía mortal. En el
centro de la fe cristiana figura el sufrimiento
del Cristo apasionado.”2
Hoy
día, podemos ver un deseo de evadir a toda costa
las aflicciones que esta vida aporta,
tanto es así que encontramos comunidades cristianas que usan como
lema promocional “pare de sufrir”.3
Es por ello que cabe preguntarse: ¿Es el sufrimiento parte del plan
divino para el ser humano o es una condición eventual y aislada para
unos pocos?
Partimos de la premisa
que la espiritualidad cristiana se centra en la realidad del misterio
pascual. Desde esta perspectiva, pues, se puede afirmar que, así
como para Jesucristo fue ineludible la cruz, la pasión y el
sufrimiento; es imperativo, para aquellos que desean seguir en pos de
Él, tomar su cruz y seguirle. Podemos definir que algo es
imperativo cuando decimos que ese algo es obligatorio, ineludible,
inevitable, imperioso, preceptivo o necesario4.
El sufrimiento es una experiencia imperiosa en la vida o la
espiritualidad cristiana, si queremos ser como Cristo debemos ser
transformados para ser como El. Ronald Rolheiser lo plantea de la
siguiente manera: “El
misterio pascual es el misterio de cómo nosotros después de haber
atravesado por alguna especie de muerte, recibimos vida nueva y un
espíritu nuevo.”5
Desarrollar
un estilo de vida, una espiritualidad y un carácter maduro
cristianos requiere que pasemos por un proceso de transformación que
empieza con el sufrimiento. Es, pues, el sufrimiento la metodología
divina obligatoria para transformarnos a la imagen de Su hijo,
Jesucristo.
Enfoque neotestamentario del sufrimiento

En las Sagradas
Escrituras encontramos diversas referencias que aluden a los
padecimientos en la vida como parte de la transformación del
creyente cristiano a semejanza de Cristo. Jesucristo mismo nos
alerta en las bienaventuranzas sobre los padecimientos que se sufren
por causa de ser seguidores de Él:
“Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra
vosotros mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es
grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que
fueron antes que vosotros.”6
El autor John MacArthur
considera que,
“queda claro, a partir de esta y otras amonestaciones, que Jesús
percibió animosidad hacia los creyentes por parte del mundo
incrédulo, conjuntamente con cualquier dolor o sufrimiento que lo
pudiera acompañar, como algo normal y de esperar.”7
Podemos,
entonces, trazar el siguiente corolario: si
a Cristo se le presenta como el Siervo sufriente y Su ministerio
pascual, Su sufrimiento y Su muerte le caracterizaron, y es a Cristo
a quien el Padre quiere formar en nosotros, es decir, “hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del
Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo”8
se
vuelve, pues, imperativo, para aquellos que deseamos ser como Cristo,
que suframos y experimentemos muertes tal como Cristo, que
experimentemos, como diría Ronald Rolheiser, el misterio pascual en
nuestras propias vidas. En otras palabras, si
queremos ser como Cristo debemos, pues, andar como El anduvo9,
vivir como El vivió y sufrir como El sufrió. En el evangelio de
Juan también se ilustra esta realidad, cuando se cita a Jesús
diciendo: “En
verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y
muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto”10.
Esta cita que presenta el proceso de reproducción de natural del
grano de trigo sirve para esclarecer una verdad espiritual. En él
queda establecido el imperativo del sufrimiento a través de la
muerte para lograr el fruto milagroso de la vida, así que en este
pasaje escritural, el mundo natural ilustra, de manera sencilla, lo
que debe ocurrir en la vida del creyente a nivel espiritual.
La necesaria
transformación del creyente se da a través del sometimiento a la
obligada disciplina del sufrimiento. Esta tiene como propósito
llevar al creyente a alcanzar la estatura de Cristo, la cual se logra
a través de nuestra disposición a morir al yo. Es decir, morir a
nuestras prioridades, a nuestras formas, a nuestras preferencias, a
nuestros planes. Puesto que “le
basta al discípulo llegar a ser como su maestro”11,
se
espera de un discípulo que tenga una
comunión o una relación profunda y estrecha con Jesucristo a través
de la rendición de su voluntad a la de Cristo. Llegamos a la
estatura de Cristo cuando realizamos que “con
Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que
Cristo vive en mí; y la vida
que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el
cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”12
Su sufrimiento es mi sufrimiento, Su muerte es mi muerte y Su vida es
mi vida. Así que, más que imitar Cristo, se trata de que El viva a
través de mí y para eso es necesario que la muerte actúe en mi yo,
para que la vida de Cristo se manifieste en mí.
La aceptación de la soberanía de Dios
“Sin embargo, los
cristianos bíblicamente cultivados, se darán cuenta de que la
soberanía de Dios desempeña un papel en todos los sucesos, desde el
más agradable y fácil de aceptar hasta el más traumático y
difícil de entender. Pero puede que hasta el creyente más maduro
en ocasiones tenga que esforzarse para aceptar o incluso percibir los
propósitos que Dios tiene con la adversidad.”13
Un
elemento importante para comprender y sobrellevar el sufrimiento es
nuestra experiencia de vida cristiana es la aceptación de la
soberanía de Dios. Enfrentar el sufrimiento desde la experiencia de
la fe cristiana demanda un entendimiento de la soberanía divina lo
cual no siempre resulta fácil. Cuando nos encontramos con
situaciones que nos resultan inexplicables, incomprensibles o
injustas surgen preguntas como: ¿Qué esto que está pasando? ¿Por
qué sucede esto? ¿Por qué a mí? ¿Qué hacer? ¿Cuánto tiempo
durará esto? ¿Qué pasará luego? Estas preguntas sólo hallan
respuesta en aquel que conoce todas las cosas, pero ¿quién podrá
cuestionar y entender a plenitud los designios divinos si Dios mismo
no los devela? De acuerdo a A. W. Pink:

“La
soberanía del Dios de las Escrituras es absoluta, irresistible,
infinita. Cuando decimos que Dios es soberano, afirmamos su derecho
a gobernar el universo, que ha hecho para su propia gloria, según le
agrade. Afirmamos que su derecho es el derecho del alfarero sobre
el barro: El puede moldear ese barro en la forma que quiera, haciendo
de la misma masa un vaso para honra y otro para vergüenza.
Afirmamos que El no está sujeto a norma ni ley alguna fuera de Su
propia voluntad y naturaleza, que Dios es ley así (sic) mismo, y que
no tiene obligación alguna de dar cuenta a nadie de sus asuntos”.14
Por otro lado, MacArthur
explica que:
“Una razón
primordial por la que a los cristianos en la actualidad les cuesta
aceptar el papel del sufrimiento en sus vidas o en las vidas de
amigos o seres queridos es que no han logrado comprender y aceptar la
realidad de la soberanía divina. También muchos no logran ver la
adversidad desde la perspectiva de Dios. Al hacer eso, pasan por
alto completamente el efecto positivo, fortalecedor, y perfeccionador
que las pruebas deben tener en la fe de los creyentes.”15
Reconocer
que el sufrimiento es la soberana voluntad de Dios para formar en
nosotros el carácter de Cristo, nos permite comprender al fin y al
cabo “Y
sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para
bien, esto
es,
para los que son llamados conforme a su
propósito.”16
Conclusión
Cuando
consideramos el imperativo de una experiencia pascual en la vida del
creyente lo que se establece es el sufrimiento como experiencia
esencial para la transformación de la persona a imagen de Cristo
Jesús. Reiteramos, pues, que
el sufrimiento es indispensable para desarrollar
nuestra espiritualidad cristiana porque es imposible
crecer a la estatura de Cristo sin pasar experiencias de sufrimiento,
aflicción, quebrantamiento, y muerte. Moltmann expone lo siguiente:
“Uno
de los sueños de la sociedad moderna es ser feliz sin dolor y
superar todo sufrimiento. Pero como eso es inalcanzable, se calman
los dolores, se evitan los sufrimientos y se rehúye la pasión por
la vida. Pero la vida sin apasionamiento es una vida pobre. La vida
sin disposición para el sufrimiento resulta superficial.”17
Sufrimiento y vida
cristiana profunda van de la mano, lo contrario supone pobreza y
superficialidad espiritual. Por tanto, la ilusión de parar de sufrir
y la felicidad superficial quedan excluidas para aquel que ha
entendido y asumido el imperativo del misterio pascual en su vida.
Al finalizar este
trabajo, hemos estudiado el carácter imperativo del sufrimiento para
el desarrollo de la espiritualidad de la cristiana en el creyente.
Concluimos que el desarrollo de la espiritualidad cristiana supone
una experiencia pascual que es ineludible para el creyente. Nos
acercamos a este tema desde un enfoque neotestamentario a través del
cual se reafirmó que la finalidad del sufrimiento, dentro de la
espiritualidad cristiana, es procurar la transformación del creyente
a semejanza de Cristo. No obstante, la clave para comenzar a entender
y sobrellevar la experiencia del sufrimiento es aceptar la soberana
voluntad de Dios sobre nuestras vidas. Así que los creyentes nos
podemos encontrar:
“Afligidos
en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro
cuerpo.”18
Podemos
entonces entender y aceptar el sufrimiento como elemento formativo
usado por Dios para lograr en nosotros lo que El en Su soberana
voluntad se ha propuesto.
Notas:
1
Juan 16.33
3
Aquí hacemos referencia a la Iglesia Universal del
Reino de Dios establecida por Edir Macedo en1977, en Rio de Janeiro,
Brasil. Es más conocida por su nombre comercial "Pare de
sufrir", suelen anunciar productos como la rosa de Sharon, sal
bendita, tierra de Jerusalén, aceite bendecido, etc., a los cuales
le atribuyen cualidades milagrosas de sanidad, prosperidad, entre
otras. Estos productos están disponibles en sus centros de reunión
que se han multiplicado a través de todos los continentes.
(http://es.universal.org/)
4
Diccionario de
sinónimos y antónimos © 2005. Imperativo.
Espasa-Calpe.
http://www.wordreference.com/sinonimos/imperativo.
Accesado 29 de marzo de 2012.
5
Ronald Rolheiser, En
busca de espiritualidad: Lineamientos para una espiritualidad en el
Siglo XXI.
(Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen, 2003), 1866
Mateo 5.10-12
7
John MacArthur, El Poder del sufrimiento
(Michigan: Editorial
Portavoz, 2003), 15
8
Efesios 4.13
14
A. W. Pink, La soberanía de Dios.
http://www.conocereislaverdad.org/lasoberaniadedios.htm.
Accesado 19 de mayo de 2012.
16
Romanos 8.28
18
2 Corintios 4.8-10
Bienaventuranzas: Un pacto colaborativo con Dios
Generalmente, cuando pensamos en las bienaventuranzas nuestro pensamiento se traslada al pasaje de Mateo 5.1-12" donde aparece el sermón de Jesús. Pero también en el Antiguo Testamento nos encontramos con beatitudes que embellecen nuestro estado espiritual. Por ejemplo, encontramos 2 bienaventuranzas que nos animan para enfrentar el día de hoy:
Confiando en Dios
"Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios ni a los que se desvían tras la mentira." ~Salmo 40.4
Buscando la sabiduría
"Bienaventurado el hombre que me escucha (hablando la sabiduría), velando a mis puertas cada día aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra mi, defrauda su alma, todos lo que me aborrecen aman la muerte." ~ Proverbios 8.34-36
Nos resulta interesante que una nos invita a confiar en la gestión divina, y la otra apela a la gestión humana de buscar y escuchar sabiduría. Es como una invitación a entrar en un pacto colaborativo con Dios...lo que Dios hace y lo que nosotros hacemos... todo conforme a Su Palabra... ese junte Divino/humano produce en nosotros dicha, paz, felicidad... nos hace bienaventurados!!!
Confiando en Dios"Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios ni a los que se desvían tras la mentira." ~Salmo 40.4
Buscando la sabiduría
"Bienaventurado el hombre que me escucha (hablando la sabiduría), velando a mis puertas cada día aguardando a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra mi, defrauda su alma, todos lo que me aborrecen aman la muerte." ~ Proverbios 8.34-36
Nos resulta interesante que una nos invita a confiar en la gestión divina, y la otra apela a la gestión humana de buscar y escuchar sabiduría. Es como una invitación a entrar en un pacto colaborativo con Dios...lo que Dios hace y lo que nosotros hacemos... todo conforme a Su Palabra... ese junte Divino/humano produce en nosotros dicha, paz, felicidad... nos hace bienaventurados!!!
lunes, 26 de noviembre de 2012
...entre la felicidad y la obediencia...
En ocasiones, los cristianos nos encontramos algo confundidos con el tema de la felicidad... A veces pensamos que lograr la felicidad personal va por encima de lo que Dios manda y espera de nosotros. Creo que esto nos viene porque tenemos el derecho inalienable, de acuerdo a la Declaración de Independencia de los EEUU, a la búsqueda de la felicidad. Tenemos el derecho a buscar nuestra felicidad… la pregunta que podemos hacernos es: ¿hasta qué punto? ¿Cuándo ese derecho tan sublime puede entorpecer o autodestruir su propio propósito?
Les pongo mi ejemplo, para no hablar de nadie... Yo quiero ser feliz y quiero agradar a Dios siendo obediente a la revelación que nos ha dado en Su Palabra. Yo se que estas dos afirmaciones no son mutuamente exclusivas pero, en ocasiones, nuestra felicidad y la obediencia a Dios se encuentran de frente... ¿qué hacemos? Vayamos a lo quehe estado viviendo en estos recientes años pasados ... Estoy divorciada porque mi ex-esposo quiso buscar su propia felicidad… Yo quiero ser feliz… mi esposo me propuso el divorcio para ser felices… PERO Dios en Su Palabra dice que El aborrece el divorcio (Malaquías 2:14-16) y que el matrimonio está dispuesto para que dure toda la vida… Al reflexionar acerca de esto, es inevitable preguntarnos qué es más importante para nosotros: ¿ser felices o hacer la voluntad de Dios? Uso el tema del divorcio como ejemplo porque es algo muy común hoy día y me parece un tema importante porque afecta el núcleo familiar que es la base de nuestra sociedad.
Lo que me preocupa es ver que en estos tiempos, tanto creyentes como no creyentes ven el divorcio como algo tan natural. Mi propósito no es estigmatizar ni juzgar a los que se han divorciado ni hacer lucir mejor a los que no se han divorciado, sino que examinemos nuestra manera de pensar y que notemos cuán influidos estamos por las prácticas sociales y culturales que nos rodean. La búsqueda de la felicidad se ha vuelto, en cierta medida, en una afirmación del egoísmo. Es tan importante en nuestros días que puede ser buscada a costa del amor que debemos a otras personas y, sobretodo, el amor expresado en obediencia que debemos a Dios mismo.
Mi llamado hoy, primero a mí misma, es a ser consistentes de las decisiones que tomamos. Debemos considerar si las decisiones que hacemos están basadas en lo que la Palabra de Dios dice y enseña o si nuestra decisión está basada en alguna otra cosa, como nuestros deseos o la influencia de otros. Animémonos a seguir el consejo del sabio Qohelet:
Descubriremos entonces, tal como dijo el Salmista:
“El hacer Tu voluntad Dios mío me ha agradado” (Salmo 40.8)
Les pongo mi ejemplo, para no hablar de nadie... Yo quiero ser feliz y quiero agradar a Dios siendo obediente a la revelación que nos ha dado en Su Palabra. Yo se que estas dos afirmaciones no son mutuamente exclusivas pero, en ocasiones, nuestra felicidad y la obediencia a Dios se encuentran de frente... ¿qué hacemos? Vayamos a lo quehe estado viviendo en estos recientes años pasados ... Estoy divorciada porque mi ex-esposo quiso buscar su propia felicidad… Yo quiero ser feliz… mi esposo me propuso el divorcio para ser felices… PERO Dios en Su Palabra dice que El aborrece el divorcio (Malaquías 2:14-16) y que el matrimonio está dispuesto para que dure toda la vida… Al reflexionar acerca de esto, es inevitable preguntarnos qué es más importante para nosotros: ¿ser felices o hacer la voluntad de Dios? Uso el tema del divorcio como ejemplo porque es algo muy común hoy día y me parece un tema importante porque afecta el núcleo familiar que es la base de nuestra sociedad.
Lo que me preocupa es ver que en estos tiempos, tanto creyentes como no creyentes ven el divorcio como algo tan natural. Mi propósito no es estigmatizar ni juzgar a los que se han divorciado ni hacer lucir mejor a los que no se han divorciado, sino que examinemos nuestra manera de pensar y que notemos cuán influidos estamos por las prácticas sociales y culturales que nos rodean. La búsqueda de la felicidad se ha vuelto, en cierta medida, en una afirmación del egoísmo. Es tan importante en nuestros días que puede ser buscada a costa del amor que debemos a otras personas y, sobretodo, el amor expresado en obediencia que debemos a Dios mismo.
Mi llamado hoy, primero a mí misma, es a ser consistentes de las decisiones que tomamos. Debemos considerar si las decisiones que hacemos están basadas en lo que la Palabra de Dios dice y enseña o si nuestra decisión está basada en alguna otra cosa, como nuestros deseos o la influencia de otros. Animémonos a seguir el consejo del sabio Qohelet:
“El fin de todo el sermón es oído: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es toda la felicidad del hombre.” (Eclesiastés 12:13, traducción Sagradas Escrituras 1569)
Descubriremos entonces, tal como dijo el Salmista:
“El hacer Tu voluntad Dios mío me ha agradado” (Salmo 40.8)
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