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Reflexiones desde una perspectiva cristocéntrica... y un toque de feminidad caribeña. Procuraremos publicar una reflexión nueva cada semana... Te esperamos...
Para mí...
" Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (Filipenses 1.21)
jueves, 27 de diciembre de 2012
En Navidad reflexionemos acerca del futuro de Aquel niño hermoso...
sábado, 15 de diciembre de 2012
Magos de Oriente
http://arquehistoria.com/wp-content/uploads/2009/01/reyes-magos_oriente.jpg |
(Villancico Puertorriqueño)
De tierra lejana venimos a verte,
Nos sirve de guía la estrella de Oriente.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Al recién nacido que es Rey de los reyes,No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Oro le regalo para honrar sus sienes.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Como es Dios el Niño le regalo incienso,
Perfume con alma que sube hasta el cielo.
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor.
Al Niño del cielo que bajó a la tierra,
Oh brillante estrella que anuncias la aurora
No nos falte nunca tu luz bienhechora.
Gloria en las alturas al Hijo de Dios,
Gloria en las alturas y en la tierra amor."
Para mi, como para muchos otros caribeños, la Navidad es una época muy especial
aún desde antes de conocer su significado pleno... Es un tiempo de compartir en familia...a saber... comidas, parrandas o matutinos, regalos, luces, amigos...
En lo personal, de niña, también era un tiempo de añoranza porque en medio de esa alegría había una profunda tristeza... estaba en búsqueda de algo que no sabía que era pero que lo anhelaba en gran manera... Desde mi niñez me han gustado las historias orientales como las aventuras de Sinbad, el Marino, el cuento de la Mil y una noche con Scherezada, el oriente siempre me ha resultado atrayente, fascinante, encantador... Creo que es por eso que la noche - víspera del día de Reyes - que celebramos en Puerto Rico, me gustaba tanto. Me encantaba mirar al cielo, y escuchar sobre las tres estrellas luminosas bien alineadas en el firmamento (parte de la constelación de la osa menor), porque según nuestra tradición esos eran los tres reyes magos haciendo su recorrido en la entrega de regalos. Recuerdo que mi padre me hacia preparar 3 cajitas de hierba para los camellos, 3 vasitos con anís o 3 cigarrillos o 3 mentitas para los magos, como una expresión de gratitud y a la vez para animarlos para el camino ... ¡Qué tiempo aquellos! Años más tarde he aprendido que aunque la tradicional celebración me resultaba fascinante no necesariamente le hacia justicia al evento histórico.
En lo personal, de niña, también era un tiempo de añoranza porque en medio de esa alegría había una profunda tristeza... estaba en búsqueda de algo que no sabía que era pero que lo anhelaba en gran manera... Desde mi niñez me han gustado las historias orientales como las aventuras de Sinbad, el Marino, el cuento de la Mil y una noche con Scherezada, el oriente siempre me ha resultado atrayente, fascinante, encantador... Creo que es por eso que la noche - víspera del día de Reyes - que celebramos en Puerto Rico, me gustaba tanto. Me encantaba mirar al cielo, y escuchar sobre las tres estrellas luminosas bien alineadas en el firmamento (parte de la constelación de la osa menor), porque según nuestra tradición esos eran los tres reyes magos haciendo su recorrido en la entrega de regalos. Recuerdo que mi padre me hacia preparar 3 cajitas de hierba para los camellos, 3 vasitos con anís o 3 cigarrillos o 3 mentitas para los magos, como una expresión de gratitud y a la vez para animarlos para el camino ... ¡Qué tiempo aquellos! Años más tarde he aprendido que aunque la tradicional celebración me resultaba fascinante no necesariamente le hacia justicia al evento histórico.
¿Quienes eran los magos? Nuestros
vocablos "mago" y "magia" derivan del termino griego, y
éste, a su vez, es una palabra que originalmente se aplicaba a los miembros de
una cierta clase de sacerdotes medos (y más tarde también de persas): la casta
o profesión de los Magi, o Magios, sabios que luego ejercieron funciones
sacerdotales entre los pueblos iranios.
Con el tiempo, la palabra adquirió el sentido de alguien versado en las
"ciencias" de la astrología, entre otras. Así que los magos eran más bien sabios...
¿Cuántos sabios llegaron a ver al Mesías? En realidad no podemos afirmar cuántos eran... La razón que ha dado pie a la tradición de hablar de tres reyes magos se debe precisamente a que, de acuerdo a la narrativa bíblica, se presentaron 3 regalos: oro, incienso y mirra. Hoy día, entendemos que estos tres regalos representaban los tres ministerios de Cristo: 1. Oro – regalo digno de un rey; 2. Incienso – ofrenda que hacía el sacerdote ( ministerio de intercesión); 3. Mirra – elemento que se usó para preparar el cuerpo para la tumba del Salvador del mundo quien ofrendó su vida por nosotros.
¿De que lugar de Oriente venían? Algunos piensan que de un lugar cerca de Babilonia llamada Partia), donde no eran reyes, ni eran magos (como se entiende hoy día el concepto), contrario a lo que nos enseña nuestra tradición religiosa.
¿Cuál puede ser la importancia de los Magos o los sabios de Oriente? La inclusión de los magos de oriente en la narrativa del nacimiento de Jesús habla de la inclusión de los gentiles en la historia de redención. Una vez más, la Palabra nos muestra la intención de Dios conforme cita Apocalipsis 7:9-10:
¿Cuántos sabios llegaron a ver al Mesías? En realidad no podemos afirmar cuántos eran... La razón que ha dado pie a la tradición de hablar de tres reyes magos se debe precisamente a que, de acuerdo a la narrativa bíblica, se presentaron 3 regalos: oro, incienso y mirra. Hoy día, entendemos que estos tres regalos representaban los tres ministerios de Cristo: 1. Oro – regalo digno de un rey; 2. Incienso – ofrenda que hacía el sacerdote ( ministerio de intercesión); 3. Mirra – elemento que se usó para preparar el cuerpo para la tumba del Salvador del mundo quien ofrendó su vida por nosotros.
¿De que lugar de Oriente venían? Algunos piensan que de un lugar cerca de Babilonia llamada Partia), donde no eran reyes, ni eran magos (como se entiende hoy día el concepto), contrario a lo que nos enseña nuestra tradición religiosa.
¿Cuál puede ser la importancia de los Magos o los sabios de Oriente? La inclusión de los magos de oriente en la narrativa del nacimiento de Jesús habla de la inclusión de los gentiles en la historia de redención. Una vez más, la Palabra nos muestra la intención de Dios conforme cita Apocalipsis 7:9-10:
9 Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía
contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia
del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. 10 Clamaban a gran voz, diciendo: «¡La salvación pertenece a
nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero!»
De acuerdo a Raymond Brown, “Los magos eran Gentiles guiados por una estrella (una revelación en la naturaleza para aquellos que no tiene las Escrituras)
Nos gustaría subrayar tres cosas que podemos aprender y aplicar en nuestras vidas sobre la respuesta de estos sabios a la revelación divina: iniciar una búsqueda genuina y diligente de aquello que se nos ha revelado; 2. una vez corroborada la revelación y encontrado la verdad, entregar de manera total y absoluta todo lo que somos; 3. permitir que Dios cumpla Su plan y propósito de transformados a la estatura espiritual y de vida terrenal de Cristo.
¿Que le
pasó a los Magos después que partieron de Belén? No sabemos, pero si sabemos que no regresaron donde Herodes,
que siguieron otro camino. Estos
personajes enigmáticos, sin embargo, nos han dejado una enseñanza grandiosa y un
ejemplo precioso acerca de lo que es una búsqueda genuina, una entrega absoluta
y una vida transformada.
Les invito a ver la película "El Cuarto Rey Mago", es una preciosa película que enriquecerá su reflexión de lo antes dicho. Adjunto el enlace http://www.youtube.com/watch?v=9ll5g3SE2eg.
¡Felicidades!
- Rina Mercedes
miércoles, 5 de diciembre de 2012
La esperanza que nos trae Adviento
Es
oficial... ya
comenzó la navidad en Puerto Rico... Ya nos estamos preparando para
celebrar la navidad
pintando y adornando nuestras casas... comprando regalos y detalles
para regalar... coordinando
los festejos y comidas…
todos
nos
preparamos para celebrar
esta época especial.
Sin embargo, nos olvidamos de lo que trata verdaderamente
este
tiempo... su
significado
ha quedado
sepultado
debajo de las
abundantes luces,
los
arboles
decorados,
los
adornos
coloridos,
los
opíparos banquetes,
las
continuas
fiestas y
jolgorios,
los
regalos
que
se dan y se reciben…
toda
esta distracción, facilita que olvidemos
el
profundo
y
valioso significado
de la Navidad… Sí,
sin duda es un tiempo de celebración... pero se trata de rememorar
el nacimiento del Redentor del mundo y de recordar que debemos
mantenernos a la expectativa... Y
es que la
navidad debe significar para el creyente el cumplimiento de la más
grande promesa divina, es decir, que
Dios
mismo se hizo
hombre para salvarnos de nuestros pecados muriendo por ellos en la
cruz del Calvario. Pero
también nos debe mover
a la anticipación de
que ese niño que nació en el pesebre de Belén... murió
en
la cruz del calvario... resucitó
del sepulcro... volverá.
Ya
no como un niño indefenso o como el redentor para
pagar
por nuestros pecados... sino como Rey de Gloria... con toda
majestad... que
viene a juzgar a las naciones y a reinar por la Eternidad...
Hubo un primer adviento , el cual vemos en el Antiguo Testamento, este fue el tiempo de preparación para la llegada de Jesús Mesías, por quien hoy día celebramos la navidad. Cuando llegó el momento de Su nacimiento, habían algunos dentro del pueblo de Israel que mantenían la expectativa del cumplimiento de la promesa divina de la llegada del Mesías prometido, anunciado a través de la historia judía. Cercano a la llegada del Mesías, particularmente en el evangelio de Lucas se evidencia y quedan registrado algunos personajes estaban expectantes y aguardaban la llegada del Mesías. Por ejemplo, en Lucas 2.25 – 32, dice:
"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en Su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ultimo de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.”
En este pasaje que establecido que tenemos dos encomiendas ineludibles: 1. SER PORTADORES DE ESPERANZA: es decir, recibir el poder provisto por medio del Espíritu Santo para que vivamos vivir como Dios quiere. 2. SER MENSAJEROS DE ESPERANZA: supone ser testigos a los que están a nuestro alrededor, desde los más cercanos hasta los más lejanos. Este segundo adviento, nos impone una tarea que va más allá de aguardar el retorno de nuestro Rey... sino que supone adelantar Su venida a través de una vida que proclame que Su reino a venido sobre nosotros y sirviendo de testigos de Su poder transformador para nosotros... para los nuestros... para todos.
Este tiempo previo a la navidad nos ofrece ese aire y ese ánimo de un nuevo comienzo sabiendo que Dios, no sólo está con nosotros sino que cumplirá cabalmente cada una de Sus promesas. Es necesario que usemos este tiempo para preparar nuestros corazones manteniéndonos a la expectativa del retorno del Señor y alineándonos con la intención divina de ser portadores y mensajeros de esperanza. Nosotros, como cristianos, debemos centrar nuestra vida en la persona y en el mensaje de Jesús, que vino en el cumplimiento de los tiempos a ofrecernos la salvación del Padre. Estamos en un mundo que muchas veces vive de espaldas al conocimiento de la realidad de Jesús, quien vino para salvarnos y quien volverá.
¿Qué nos resta? Primero, prepararnos para Su retorno (reconociendo y aceptando Su señorío sobre nuestras vidas), mantener la expectativa de que ciertamente vendrá (viviendo una vida en el poder de Su Espíritu) – ya nos dio prueba más que fe haciente de que tiene el poder y el carácter de cumplir cada una de Sus promesas. Cada Navidad, cada Nuevo Año es una nueva oportunidad ante la gracia de Dios. A nosotros se nos concede la gracia de comenzar de nuevo, de vivir fielmente el presente y de mirar al futuro con ESPERANZA, de que podemos hacer algo más por construir el reino que Jesús nos ha traído con Su venida. Nosotros, como Jesús, también podemos llevar una palabra y ser modelos de esperanza para este mundo. La salvación cristiana tiene su actualización plena aquí mientras anunciamos y adelantamos SU REINO hasta que Él vuelva. Y decimos, junto a Pablo, a Juan y a la Iglesia de todos los tiempos: ¡Maran-athá! - ¡Ven, Señor, Jesús!
Hubo un primer adviento , el cual vemos en el Antiguo Testamento, este fue el tiempo de preparación para la llegada de Jesús Mesías, por quien hoy día celebramos la navidad. Cuando llegó el momento de Su nacimiento, habían algunos dentro del pueblo de Israel que mantenían la expectativa del cumplimiento de la promesa divina de la llegada del Mesías prometido, anunciado a través de la historia judía. Cercano a la llegada del Mesías, particularmente en el evangelio de Lucas se evidencia y quedan registrado algunos personajes estaban expectantes y aguardaban la llegada del Mesías. Por ejemplo, en Lucas 2.25 – 32, dice:
“Y
he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este
hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el
Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Cristo
del Señor. Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando los padres
metieron al niño Jesús en el templo, para hacer por Él conforme a
la costumbre de la ley, él entonces le tomó en sus brazos, y
bendijo a Dios, diciendo: Señor, ahora despides a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra; porque
han visto mis ojos tu salvación, la
cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz para
revelación a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.”
En
la narrativa lucana también se incluye
a una anciana que aguardaba la llegada del Mesías redentor
(2.36
– 38):
“Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual era grande de edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad; y era viuda como de ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo a Dios de noche y de día con ayunos y oraciones. Y ésta, viniendo en la misma hora, también daba gracias al Señor, y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.”Sin embargo, en medio de la expectativa del algunos... al pasar el tiempo, como ocurre a veces, llega también la duda. Lucas también recoge este sentir en el personaje de Juan, el bautista (7.19-23):
“Y llamó Juan a dos de sus discípulos, y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? Y cuando los hombres vinieron a Él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú Aquél que había de venir, o esperaremos a otro? Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus; y a muchos ciegos dio la vista. Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, decid a Juan lo que habéis visto y oído; cómo los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es predicado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no fuere escandalizado en mí.”Aunque algunos aun no creen en lo sucedido hace más de dos mil años, los que creemos nos encontramos en el segundo adviento... pues anticipamos la segunda venida de nuestro Rey Jesús. Cada año tenemos la oportunidad, tanto en Navidad como en Semana Santa, de celebrar para recordar y anticipar Su retorno. Adviento, que en latín "Adventus" significa “venida”, son días oportunos para afianzar la fe... Lucas, en Hechos 1.10-11, expresa el anuncio dado a los discípulos del Señor luego de Su resurrección y haber compartido con ellos por cincuenta días:
“Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí que se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿Por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”Así que, nosotros estamos también a la expectativa de la segunda venida del Señor... estamos en adviento. Y adviento es un tiempo de esperanza... Cuando entendemos el verdadero significado de la navidad implica conocer y comprender el sacrificio de Jesucristo para librar la salvación de los hombres. La fe cristiana proclama este tiempo previo a la celebración navideña como uno de profunda reflexión que alimenta la esperanza de continuar la obra de Jesús y preparar el camino para recibirlo. En Hechos 1. 6-9, queda claramente cual es nuestra función en este segundo tiempo de espera:
"Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en Su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ultimo de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.”
En este pasaje que establecido que tenemos dos encomiendas ineludibles: 1. SER PORTADORES DE ESPERANZA: es decir, recibir el poder provisto por medio del Espíritu Santo para que vivamos vivir como Dios quiere. 2. SER MENSAJEROS DE ESPERANZA: supone ser testigos a los que están a nuestro alrededor, desde los más cercanos hasta los más lejanos. Este segundo adviento, nos impone una tarea que va más allá de aguardar el retorno de nuestro Rey... sino que supone adelantar Su venida a través de una vida que proclame que Su reino a venido sobre nosotros y sirviendo de testigos de Su poder transformador para nosotros... para los nuestros... para todos.
Este tiempo previo a la navidad nos ofrece ese aire y ese ánimo de un nuevo comienzo sabiendo que Dios, no sólo está con nosotros sino que cumplirá cabalmente cada una de Sus promesas. Es necesario que usemos este tiempo para preparar nuestros corazones manteniéndonos a la expectativa del retorno del Señor y alineándonos con la intención divina de ser portadores y mensajeros de esperanza. Nosotros, como cristianos, debemos centrar nuestra vida en la persona y en el mensaje de Jesús, que vino en el cumplimiento de los tiempos a ofrecernos la salvación del Padre. Estamos en un mundo que muchas veces vive de espaldas al conocimiento de la realidad de Jesús, quien vino para salvarnos y quien volverá.
¿Qué nos resta? Primero, prepararnos para Su retorno (reconociendo y aceptando Su señorío sobre nuestras vidas), mantener la expectativa de que ciertamente vendrá (viviendo una vida en el poder de Su Espíritu) – ya nos dio prueba más que fe haciente de que tiene el poder y el carácter de cumplir cada una de Sus promesas. Cada Navidad, cada Nuevo Año es una nueva oportunidad ante la gracia de Dios. A nosotros se nos concede la gracia de comenzar de nuevo, de vivir fielmente el presente y de mirar al futuro con ESPERANZA, de que podemos hacer algo más por construir el reino que Jesús nos ha traído con Su venida. Nosotros, como Jesús, también podemos llevar una palabra y ser modelos de esperanza para este mundo. La salvación cristiana tiene su actualización plena aquí mientras anunciamos y adelantamos SU REINO hasta que Él vuelva. Y decimos, junto a Pablo, a Juan y a la Iglesia de todos los tiempos: ¡Maran-athá! - ¡Ven, Señor, Jesús!
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